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Persona lavando en el fregadero un pimiento verde

Los 4 alimentos que jamás deberías lavar: avisan de un gran peligro para la salud

Más te vale mantener lejos del agua estos alimentos, si no quieres que pierdan propiedades

Consultes la receta que consultes, el primer paso siempre es indispensable: una cocina higiénica. Y aunque creamos que sí, este paso no tiene por qué incluir que todos los ingredientes deban ser lavados.

Lo lógico es pensar que si pasamos los productos por un poco de agua antes de cocinarlos, eliminaremos todas las bacterias peligrosas. En algunos casos, se ha demostrado que sí, pues un correcto lavado dificulta la proliferación de bacterias como la Clostridium botulinum o la Listeria Monocytogenes. Sin embargo, para otros productos el lavado es muy perjudicial, por lo que los expertos piden que no se haga:

Alimentos que no deben ser lavados

Pese a lo apuntado anteriormente, en ocasiones lavar los alimentos y cocinar no van de la mano. Así lo demuestran los siguientes alimentos de la lista, los cuales, bajo ningún concepto, deberían ser lavados para no poner en riesgo nuestra salud.

1. Ensaladas

Tanto las ensaladas como algunos vegetales no deben ser pasados por agua, por muy dispar que nos pueda sonar. Aquellos que has comprado y vienen en bolsa están destinados a ser consumidos sin tener que ser lavados. Esto se debe a que son sometidos a lavados y procesos higiénicos antes de ser expuestos para ser adquiridos.

Persona lavando lechuga con agua
En el caso de que no vengan ya limpias, sí es necesario pasarlas por agua | Getty Images

La mejor opción para evitar la contaminación cruzada con otros alimentos es dejarlas tal y como están una vez abierta la bolsa. Piensa que ya están desinfectados, por lo que es una pérdida de tiempo y agua.

2. Setas y champiñones

Sí, son dos alimentos distintos, pero en este caso van de la mano gracias a sus similitudes. Este tipo de alimentos no tolera demasiado bien la humedad, por lo que se debe evitar su lavado si no quieres que se estropeen con mayor rapidez.

Setas
Los champiñones y la humedad no se llevan bien en la cocina | Getty Images

Como ocurre con otros alimentos, las setas y los champiñones pueden experimentar cambios en su sabor o textura porque sorben toda el agua. Teniendo en cuenta que muchas veces se comercializan algo sucios, puedes optar por otros métodos para lavarlos. Una buena solución es limpiarlos con un cepillo un poco húmedo o trocearlos directamente.

3. Pollo

El pollo y el agua tienen una relación de lo más complicada. Pese a los continuos avisos por parte de las autoridades, la gente sigue creyendo que el pollo se debe lavar antes de cocinarlo. En general, ningún tipo de carne debería lavarse, pero la del pollo conlleva más riesgos que las otras.

A diferencia de las demás, el pollo necesita que se prepare de forma específica para evitar la proliferación de microorganismos que pongan en riesgo nuestra salud. Esta necesidad se refleja en que el pollo no se consuma cruda y se requiera una temperatura mínima de congelación, la cual debe ser inferior a 4 grados.

Dos manos lavando carne de pollo en el fregadero
La carne de pollo no se debe lavar | Getty Images

Aunque en ocasiones lavar pollo se queda en un pequeño accidente, en otras puede desencadenar el padecer una enfermedad. El problema se debe a que resulta muy fácil encontrar en el pollo el campilobacter, una bacteria que provoca problemas digestivos. Pese a encontrarse en otros productos, las aves poco cocinadas son la mayor fuente de contagio.

Estas infecciones bacterianas se traducen en una serie de síntomas muy molestos para aquellos que los padecen. Entre ellos se encuentran la diarrea, los dolores abdominales, las náuseas y vómitos... Un conjunto de signos que pueden resultar especialmente peligrosos para las personas inmunodeprimidas. El riesgo reside en que las personas afectadas por esta afección no gozan de capacidad para enfrentarse a las infecciones.

4. Huevos

Posiblemente te sientas tentado a lavar un huevo si ves que su exterior está sucio, pero debes saber que lo mejor es dejarlo tal y como está. El huevo posee una capa impermeable que lo protege de la contaminación exterior, pero si los lavas, puedes provocar el deterioro de esa protección.

Muchos huevos zoom
Recuerda que la suciedad exterior no tiene por qué influenciar al contenido interior | Getty Images

Además, si quieres tomar precauciones higiénicas deberás abandonar una práctica muy común. Nos referimos al utilizar la cáscara como herramienta para separar la clara y la yema. Si dejas este método atrás, evitarás que las bacterias de la cáscara pasen al interior del huevo y lo contaminen.