La última medida adoptada por CaixaBank con sus tarjetas afectará a millones de usuarios. Dicha decisión está tomada pensando en sus clientes, pero también en el cuidado del medio ambiente.
La intención de la compañía catalana pasa por potenciar la sostenibilidad de su parque de tarjetas, que es el mayor de todo el país. Para ello han decidido ampliar el periodo de validez de las mismas, que pasará de 5 a 7 años. En este sentido, también centran sus esfuerzos en potenciar los circuitos de reciclajes de las tarjetas caducadas.
Al prolongar la caducidad de las mismas pretenden "reducir el consumo de plástico en el proceso de fabricación de los soportes físicos". En un comunicado en su página web explican que 7 años es el plazo estimado que pueden durar los componentes electrónicos que incorporan. Esto afecta tanto a la antena contactless como al chip.
Hay varios motivos que les llevan a tomar esta decisión. Además del componente medioambiental, entienden que también resultará beneficioso para los propios clientes. Para ellos supondrá una mayor comodidad, ya que no tendrán que permanecer tan pendientes de las fechas de renovación.
Desde hace tiempo vienen trabajando en esta línea. Así lo demuestra el hecho de que el 80% de las tarjetas que emiten en CaixaBank vengan ya con los 7 años de validez. Añaden que la compañía ha incorporado la tecnología y los procesos necesarios para garantizar la recepción y correcto tratamiento de las caducadas.
Toda su red de sucursales ya dispone de medios precisos para asegurar este trámite. Desde el año pasado, han conseguido reciclar más de 8 millones de tarjetas, que habían sido entregadas en las oficinas por parte de los usuarios.
Intención de fomentar otros métodos de pago
La medida también implicará un ahorro para el propio banco. Pero también se proponen como objetivo fomentar otros métodos de pago. Es el caso, por ejemplo, de las tarjetas digitales por medio del pago móvil. Recuerdan que así se reducirá de manera considerable la fabricación de tarjetas físicas, traduciéndose además en un menor impacto para nuestro entorno.
Explican que en estos momentos una cuarta parte de las compras se hacen por medio del pago móvil. Y la tendencia es que vaya a más este porcentaje con el tiempo. De hecho, se fijan como objetivo para los próximos 3 años que la mitad de las operaciones se hagan con el móvil.
Preocupación por el medio ambiente
Esta no es la primera medida que adoptan en CaixaBank con intención de reducir el daño medioambiental. En 2021 comenzaron un programa para reemplazar el plástico de las tarjetas por materiales reciclados. En la actualidad, todas las tarjetas que se emiten están hechas con plástico reciclado o material biodegradable.
Elevan por encima de los 20 millones el número de tarjetas que circulan en nuestro país y que están fabricadas por material ecológico. No hay que pasar por alto el proyecto Imagin, que despertó mucha expectación por la originalidad de la idea.
Con motivo del Día Mundial de los Océanos crearon unas tarjetas conmemorativas empleando plásticos extraídos del mar. Y es que la sostenibilidad se presenta como uno de los grandes pilares sobre los que se sustenta el grupo financiero para lograr sus objetivos.
Para ello se plantean liderar el impacto social positivo y favorecer la inclusión financiera, además de impulsar la transición sostenible de la sociedad. A todo ello se le une el fomento de una cultura responsable mostrándose como referentes en gobernanza.
CaixaBank se propone movilizar hasta el año 2024 un total de 64.000 millones de euros en finanzas sostenibles. Esto incluye, entre otras cosas, facilidades para financiar propuestas de transición energética.