La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha recriminado a CaixaBank una de sus polémicas decisiones. No ven con buenos ojos que obliguen a sus clientes a realizar ciertas prácticas que ellos consideran discriminatorias.
Al parecer, la entidad bancaria obliga a sus usuarios a descargarse la aplicación si desean entrar en sus cuentas o gestionar sus ahorros. Este modelo se ha extendido mucho entre los distintos bancos españoles, sobre todo tras la pandemia. Han aprovechado esto, de alguna manera, para acelerar la implantación de la banca digital.
La Unión Europea obliga a las entidades desde enero de 2021 a emplear los conocidos mecanismos de autenticación reforzada. Sería tanto para las operaciones de gestión como de abono. En el caso de CaixaBank, sería la que más se ha ajustado a la normativa.
Por lo tanto, sus clientes podrán quedar privados de hacer ciertos trámites si no cuentan con un teléfono inteligente con conexión a internet. Y, además, no existe ninguna propuesta alternativa. Esto provocaría que un grupo de población importante se quedase fuera del sistema.
CaixaBank solo permite operar de una manera digitalmente
Los usuarios de este banco que quieran realizar cualquier tipo de trámite de manera online solo podrán seguir este camino. Con anterioridad, antes de la fusión, sus clientes podían realizarlo empleando la tarjeta de coordenadas para completar el sistema de autenticación. Finalmente acabarían suprimiéndola para centrar todos sus esfuerzos en la aplicación.
En una situación muy parecida están las personas procedentes de Bankia. También se vieron privados de usar la firma digital. Por lo tanto, lo que parecían más facilidades para el usuario acaba convirtiéndose en un importante impedimento.
La normativa europea impone que el método de autenticación combine dos o más elementos. Uno de los cuales debe ser independiente y que no pueda ser robado por Internet. Por lo tanto, habría que escoger, por ejemplo, dos soluciones entre una contraseña, teléfono móvil o la huella digital.
El gran contratiempo lo tienen esas personas que no disponen de recursos para hacerse con un smartphone o con una conexión a Internet. Además, la gente de más edad presenta serios problemas para adaptarse a las exigencias de las nuevas tecnologías. No todo el mundo cuenta con los conocimientos para descargarse una app y confirmar una compra como exigen en CaixaBank.
Muchos clientes se quedarán fuera
Desde la organización de consumidores OCU se valora "positivamente todos los pasos que se están dando". Sobre todo "para mejorar la seguridad de las operaciones de pago". Sin embargo muestran su preocupación por "estos nuevos sistemas de autenticación reforzados y las exigencias que entrañan".
Explican que estos métodos, lo único que consiguen es "aumentar el riesgo de exclusión financiera de ciertos grupos de población". Ponen el foco sobre todo en las "personas mayores, sin habilidades tecnológicas".
El problema también sería notable para los que "no puedan permitirse económicamente usar un móvil o un ordenador". Las entidades se están volcando en la banca digital sin preocuparse por las carencias de este sector.
En cualquier caso, aclaran que los bancos "tienen libertad para decidir qué mecanismos van a aplicar en cada caso". Aunque no sea lo más adecuado, en CaixaBank tienen el derecho a utilizar estos sistemas.
Si hay algún cliente que experimente dificultades a la hora de operar a causa de este hecho, lo mejor es que se ponga en contacto con su sucursal. Indican que si no son capaces de aportar soluciones, siempre existe la posibilidad de cambiar de entidad bancaria.
Además de CaixaBank, hay otros bancos que actúan de una manera muy similar. Solo hay que ver los mecanismos que siguen para operar en caja con un agente. Para la mayoría de las operaciones ya están cobrando una cantidad de dinero y con limitaciones de horarios.