Banco Santander recibía esta semana un duro varapalo. La entidad presidida por Ana Botín deberá afrontar una multa millonaria. Se trata de una sanción que impuso en su día la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) al Popular, banco rescatado por el Santander.
Asciende hasta el millón de euros y el motivo de la misma fue la aportación de información falsa sobre los sueldos de los consejeros entre 2013 y 2015. Así lo dictaminó el Tribunal Supremo este martes.
Los hechos ocurrieron antes de que se disolviera el Popular como tal y fuera absorbido por la compañía de Botín. La CNMV entendía que se había cometido una infracción grave al omitir datos y aportar otros erróneos sobre los salarios de algunos consejeros.
La multa se comunicó en mayo de 2019, aunque no apareció recogida en el BOE hasta julio del siguiente año. La Audiencia Nacional, en una sentencia de noviembre de 2021, entiende que esa responsabilidad debe heredarla el Banco Santander. Esta entidad presentó un recurso de casación contra el Supremo, que resolvió en abril y que acaba de publicar ahora.
La justificación del Santander
En su recurso esgrimían que ellos no debían correr con dicha multa al tratarse de una infracción cometida por el consejo de administración de Popular. Añadían que no tenían que asumir responsabilidad de sus actos. Recalcaban, además, la ausencia de vínculo entre las dos entidades.
El Santander indicaba en su recurso que entendía que se trasladará la responsabilidad sancionadora a la sociedad que le sucede jurídicamente. Pero en su opinión no debía ejecutarse dicha transmisión de forma automática ni en todos los casos por igual.
Bajo su punto de vista, cuando hay una fusión por absorción se produce una "ruptura organizativa". Se le da continuidad a la compañía desde el punto de vista patrimonial y de negocio. Sin embargo, esto no se extiende al plano corporativo y de organización interna.
La Abogacía del Estado aseguró que debe diferenciarse lo que fue reorganización forzosa por su resolución de la fusión por absorción meses después. El mismo punto de vista lo compartió la Sala del Tribunal. Considera de intrascendente que la actuación de la compañía absorbente fuera ajena a la actuación que provocó la responsabilidad.
Amplían que la transmisión de responsabilidad no opera por ser el autor de la conducta sancionada, sino por ser el sucesor. Este tribunal explicó que esta sucesión también domina cuando las multas se imponen por infracciones del consejo de la entidad absorbida.
Desde el Tribunal Supremo subrayan que tanto este órgano como el Tribunal de Justicia de la UE admiten la transmisión de responsabilidad. Hacen referencia a los casos en los que se producen infracciones administrativas en situaciones de fusión por absorción. También en otros supuestos de sucesión entre personas jurídicas al entender que las multas se integran en el pasivo que se traslada.
La última operación de Banco Santander
Mientras ocurría este duro revés para el Santander, la compañía cerraba con éxito este martes la emisión de bonos con vencimiento a 10 años. Consiguió captar una demanda superior a los 4.000 millones, colocando en el mercado unos 1.500 millones.
El interés despertado provocó una reducción del precio de los 310 puntos básicos sobre el 'mid-swap' hasta los 285, publica Europa Press. Explican que el cupón anual alcanzará el 5,75% y el plazo de vencimiento será agosto de 2033.
La entidad financiera se compromete a no amortizar de manera anticipada el instrumento hasta que no transcurran como mínimo cinco años de la emisión. El bono se emitió con denominaciones de 100.000 euros y se dirige a contrapartes elegibles y clientes profesionales. Han ejercido como colocadores BNP Paribas, Bank of America, Deutsche Bank, Natixis y Nomura, según Bloomberg.