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Gatito de color gris mirando con la cabeza ladeada

El aviso de los veterinarios sobre darle de comer sandía a los gatos en verano

Comer sandía en verano puede ser peligroso para los gatos

Cualquiera que conviva con gatos sabe que el perro no es el único mejor amigo del hombre. En verano, es normal que intentemos extremar los cuidados de cara a que no pasen calor. Por ello, son muchas las personas que deciden refrescarlos con alimentos como la sandía.

La sandía es una de las frutas más refrescantes, sobre todo para los humanos, debido a que está compuesta en su mayoría por agua. Sin embargo, el tipo de alimentación en animales es siempre diferente. Por este motivo, debemos tener cuidado a la hora de ofrecerle a nuestro amigo peludo los mismos alimentos que consumimos. Podríamos estar poniendo su salud en riesgo.

¿Pueden comer sandía los gatos?

En este punto, seguro que una de las primeras preguntas que se te vienen a la mente es si los gatos pueden comer sandía. Para ser claros, lo cierto es que sí. Sin embargo, debemos tomar algunas precauciones y saber que siempre con moderación.

Esto se debe a que estos animales son carnívoros. Es decir, para mantenerse saludables y obtener los nutrientes y los aminoácidos esenciales, así como la proteína y la grasa, siempre deben comer carne en primer lugar.

Un gato comiendo de un comedero verde
Los gatos son, por naturaleza, animales carnívoros | Getty Images

Además, son capaces de sobrevivir sin hidratos de carbono. Una ingesta elevada de los mismos puede provocarles afecciones como la obesidad o la diabetes.

Por ello, hay que tener en cuenta que la sandía aporta 8 gramos de hidratos por cada 100 de producto. En definitiva, la sandía es una fruta que los gatos no necesitan: ni para comer, ni para refrescarse.

¿Qué consecuencias puede tener comer sandía para los gatos?

Por otro lado, el consumo excesivo de sandía puede provocar reacciones en los gatos. Aquellos con sobrepeso, diabetes o diarrea no la pueden comer en ningún caso. Con respecto a los demás, esto es lo que puede suceder.

1. Cuidado con que se coman las pepitas o cáscara

En primer lugar, hay que prestar atención a que no coman cáscara o pepitas de sandía. Esto se debe a que pueden no digerirlas de la forma correcta, lo que provocará problemas como el dolor, flatulencias, diarrea o vómitos.

Montón de sandías verdes con algunas abiertas y si interior rojo a la vista
Las pepitas de la sandía pueden ser un riesgo | Getty Images

2. Alergias o daños intestinales

Comer sandía, además, puede ocasionar en los gatos daños intestinales o alergia. En este último caso, no será necesario que la coma en exceso para que la alergia aparezca. Un solo trozo de la fruta puede provocar reacción.

3. Posible intoxicación

Además, las pepitas de la sandía tienen cianuro en cantidades pequeñas. Por ello, esto puede provocar una intoxicación en el animal. Para que esto suceda, tiene que consumir una gran cantidad de las mismas. Sin embargo, lo mejor es tomar precauciones.

Beneficios que puede aportar el consumo de esta fruta

A pesar de que hay varios problemas que la sandía puede ocasionar en los gatos, también existen varios beneficios. Uno de los principales es que los puede hidratar, debido a que la fruta es un 90% agua.

La sandía, además, aporta a los gatos una buena cantidad de licopeno. Este es un antioxidante capaz de prevenir enfermedades cardíacas y que protege los huesos.

Además, se trata de una fruta alta en fibra, por lo que cuenta con efecto laxante. Esto es interesante para aquellos gatos que padecen de estreñimiento. Por último, cuenta con vitaminas A, B, y C, así como con biotina y minerales como el potasio, el fósforo o el magnesio, entre otros.

Sandía cortada en platos de vidrio transparente sobre una mesa
Si le das sandía a tu gato, hazlo en trozos pequeños y limpios | Getty Images

Así le puedes dar sandía a tu gato para que no haya peligro

Para que tu gato pueda comer sandía sin peligro, se la debes preparar de forma especial. Además, debes recordar que solo podrán consumirla con moderación, por ejemplo, una vez a la semana.

La forma de dársela será en pequeños trozos, cuadrados, sin pepitas ni tampoco cáscara. Lo mejor es ponerlos en su comedero para que los pruebe cuando desee o dárselos como recompensa.

Siempre que el felino consuma esta fruta es importante que estés delante, de este modo, sabrás si provoca algún tipo de reacción o alergia.