Hace unos años, someterse a una operación de cirugía estética era cosa de celebrities. Ahora cualquiera que no se sienta cómodo con su cuerpo puede acudir a una clínica para llevar a cabo, por ejemplo, un aumento de pecho. Nos centramos en esta intervención y repasamos los aspectos a tener en cuenta antes de someterse a un aumento de pecho.
Lo primero que debemos hacer es escoger a un cirujano que sea experto en la materia. Previamente, podemos apuntar en un papel cualquier duda que tengamos al respecto, y es que no solo se trata de entrar en el quirófano e implantar las prótesis, sino que hay que tomar una serie de decisiones que determinarán el resultado. Un exhaustivo análisis anatómico determinará lo siguiente:
1. Forma
Aunque la mayoría de las pacientes deciden someterse a esta operación porque sienten que tienen poco pecho, a nivel estético, la forma es más importante que el tamaño. Existen dos opciones:
La primera es implantar prótesis mamarias redondas. El resultado será más voluminoso, pero menos natural. Esto no quiere decir que en algunos casos puntuales sea más conveniente implantar este tipo de prótesis, ya que todo depende de la forma del pecho de la paciente.
La segunda opción consiste en implantar prótesis mamarias anatómicas. Estas prótesis suelen ser de tamaño más reducido, pero se adaptan mejor a la anatomía de la paciente. Si bien aportan menos volumen y el resultado del aumento de pecho es más discreto, su maleabilidad hace que sean la mejor opción en la mayoría de casos.
2. Ubicación de la incisión
Aquí intervienen varios factores: las características anatómicas de la paciente, el tipo de implante y, por último, las preferencias de la paciente. Las incisiones se pueden realizar alrededor de la areola, debajo del pliegue mamario e incluso en la axila. Como indica esta clínica de aumento de pecho en Málaga, cada ubicación de incisión tiene sus pros y contras.
3. Tamaño
Muchas pacientes creen que se trata de una decisión personal, pero el tamaño viene determinado, en gran medida, por el estudio anatómico previo. Si sobrepasamos los máximos delimitados por la figura de la paciente, el resultado será menos natural. Por otro lado, debemos tener en cuenta los posibles problemas posturales derivados de un aumento de pechos excesivo, evitando así futuras intervenciones quirúrgicas.
4. Textura
Este suele ser un aspecto bastante desconocido, aunque no menos importante. Como en el caso de la forma, la cirugía estética ofrece dos opciones para el aumento de pecho:
Podemos colocar prótesis lisas. En este caso, el riesgo de rotación -que el implante gire y el pecho tenga una mala forma- es mayor. No obstante, las prótesis modernas suelen ser de gel de silicona cohesiva, un material duradero que imita a la perfección la firmeza de un pecho natural.
También podemos optar por las prótesis con envolturas con textura. El riesgo de rotación será menor, ya que el material de la prótesis agarrará los tejidos internos del pecho. Por otro lado, se reduce el riesgo de encapsulamiento. El encapsulamiento es la reacción natural del cuerpo a un tejido extraño, produciendo una capa alrededor de la prótesis y causando dolores y molestias a las pacientes.
5. Plano de colocación
El último aspecto a tener en cuenta en un aumento de pecho es el plano de colocación, muy importante a nivel estético. Si bien cada cirujano recomendará una opción y otra en función del análisis anatómico, existen técnicas de visualización 3D que permiten ver el resultado antes de la intervención. Las opciones son las siguientes: detrás de la glándula mamaria, entre la glándula y el músculo, o parcialmente debajo de los pectorales.