La astenia primaveral consiste en una sensación de cansancio, sueño, debilidad, alteración del estado de ánimo y otros síntomas que coinciden con el inicio de la primavera, y en concreto con los cambios en la temperatura y en la cantidad de luz solar.
A continuación describiremos qué es la astenia primaveral, cuáles son sus síntomas principales y mediante qué remedios naturales podemos combatir este problema, en general sin necesidad de tratamiento médico.
“Astenia” es una palabra de origen griego que se traduce como “falta de fuerza”. Independientemente del tipo de astenia al que nos refiramos -dado que existen diversos-, este término médico engloba síntomas relacionados con debilidad física y con cansancio, tanto del cuerpo como en el sentido de fatiga psicológica.
Hablamos de “astenia primaveral” cuando estos síntomas se asocian a la llegada de la primavera, lo cual resulta muy común, sobre todo entre las mujeres y entre las personas de mediana edad.
Se da en especial durante la adaptación al cambio de hora propio de marzo y suele durar un par de semanas, aproximadamente.
Las causas de la astenia primaveral no se conocen con exactitud. No obstante, la mayoría de explicaciones al respecto sugieren que tiene que ver con alteraciones en el ritmo circadiano de vigilia-sueño y se centran en el hecho de que los cambios en la luz solar modifican el funcionamiento de las hormonas, favoreciendo la liberación de sustancias como las endorfinas o la melatonina, asociada a la sensación de sueño.
De forma igualmente destacable, el aumento de la temperatura ambiental disminuye la presión sanguínea; esto podría explicar en parte los síntomas de debilidad y de fatiga. Otro factor que se ha asociado con la astenia primaveral es la propensión a las alergias.
Los síntomas característicos de la astenia primaveral se asocian al cansancio, tanto desde un punto de vista físico como psicológico. Así, la mayoría de síntomas de esta alteración son secundarios a las sensaciones de fatiga generalizada.
En cuanto a los síntomas psicológicos, son típicos la tristeza, la falta de motivación, la ansiedad, la irritabilidad, el insomnio, las dificultades para concentrarse y la reducción de la libido y del apetito.
Si se vuelven muy intensos, la fatiga y el sueño acumulados pueden llegar a interferir en la vida cotidiana de la persona con astenia primaveral, provocando problemas de rendimiento laboral o afectando a la capacidad para la conducción, por ejemplo.
Así, una de las quejas típicas en casos de astenia primaveral es que las sensaciones de cansancio y de debilidad interfieren incluso con las tareas cotidianas de menor dificultad, llegando a ser muy molestas.
Otros síntomas físicos que pueden producirse en el contexto de la astenia primaveral son el malestar generalizado, el dolor de cabeza, los mareos, el dolor de articulaciones y las dificultades para lograr la excitación sexual.
A no ser que en un caso en particular se asocie a complicaciones importantes en la vida cotidiana por una gran acumulación de fatiga, los síntomas de astenia primaveral no requieren tratamiento médico sino que se pueden combatir con remedios caseros.
Nos referimos en concreto a modificaciones básicas en el estilo de vida relacionados con la nutrición, la actividad física o el descanso cuya implementación puede ser muy útil a cualquier persona, pero sobre todo a las que tienen astenia primaveral o de otro tipo.
Como hemos dicho, se cree que la astenia primaveral se asocia a una disregulación de los ritmos circadianos -mecanismos del organismo que controlan el sueño, el hambre y otros procesos corporales. Esta se debería a los cambios horarios que se dan al inicio de la primavera.
Para combatir los síntomas de astenia primaveral es muy útil mantener horarios regulares en la vida cotidiana. Esto afecta a las comidas y otras rutinas, pero resulta importante sobre todo en el caso de los horarios de sueño.
Dormir 7-9 horas al día es especialmente importante en casos de astenia primaveral porque al llegar la primavera y tener que adaptarnos a un horario nuevo nuestro cuerpo consume más energía de lo habitual, de manera que también puede requerir más descanso para compensar este hecho.
Hay muchas formas de relajarse, y las más indicadas dependen de las preferencias de cada persona. Ejemplos de actividades relajantes son la respiración lenta y profunda, el yoga, la meditación, escuchar determinados tipos de música o practicar ejercicio físico; a esto último nos referiremos a continuación.
En cuanto al ocio, no sólo es importante para relajarnos y sentirnos mejor a nivel físico sino que es muy útil para combatir los síntomas psicológicos como la tristeza, la ansiedad, la desmotivación o los problemas de concentración.
El ejercicio físico moderado estabiliza el funcionamiento de nuestro aparato circulatorio y de otros sistemas corporales, favoreciendo la relajación física y psicológica y un buen estado físico en general. En cambio, el sedentarismo contribuye a la falta de energía y de motivación, y por tanto refuerza los síntomas de astenia primaveral si se da conjuntamente.
Hacer ejercicio moderado o intenso varias veces a la semana es una buena manera de combatir los síntomas de astenia, e incluirlo como rutina cotidiana contribuirá también a los objetivos mencionados en los puntos anteriores -mantener un estado de relajación y regularizar los horarios.
Uno de los mejores remedios naturales para prevenir y combatir los síntomas de la astenia primaveral es priorizar los alimentos ricos en vitaminas y en sales minerales, en especial legumbres, frutas, frutos secos, cereales integrales y verduras. Se recomienda un desayuno fuerte y, en cambio, una cena ligera.
Dado que la astenia consiste en una falta de energía, suele ser útil comer alimentos muy energéticos. Así, por ejemplo, el plátano es un alimento ideal para reducir los síntomas porque aporta mucha energía. En cambio, es mejor no comer grandes cantidades y evitar los alimentos con muchas calorías porque esto provoca sensación de sueño.
Nuestro organismo necesita agua para poder desarrollar correctamente muchas de sus funciones. En este sentido, beber agua es importante para combatir los síntomas de astenia; los jugos de frutas, los tés y otras bebidas saludables también son buenos remedios naturales.
Por el contrario, conviene evitar de forma parcial o total el consumo de bebidas con alcohol y de las que tienen efectos estimulantes, como es el caso del café, de las bebidas energéticas y de muchos refrescos.
Existen varios remedios herbales que podrían ser eficaces en el tratamiento de la astenia primaveral. El ginseng y el guaraná son consideradas por algunos profesionales remedios potencialmente útiles para los síntomas de astenia. Asimismo, la jalea real es un remedio clásico en casos de astenia.
Como hemos visto, los síntomas de astenia primaveral no requieren tratamiento médico por sí mismos. Normalmente desaparecen al cabo de unas pocas semanas sin necesidad de medicamentos e incluso sin aplicar ninguno de los remedios caseros que hemos descrito.
Sin embargo, en ocasiones síntomas que parecen ser simplemente astenia podrían ser una manifestación de otros problemas de mayor relevancia o cronicidad, o bien de malos hábitos en general. Dado que la fatiga, la somnolencia y la falta de fuerza son síntomas bastante poco específicos, no siempre se deben realmente a astenia incluso si coinciden con la llegada de la primavera.
Por tanto, puede ser conveniente ir al médico si los síntomas duran más de 1 o 2 meses con el objetivo de hacer un diagnóstico y descartar otras posibles complicaciones (Sastre, 2008). Asimismo, un especialista en medicina será capaz de recomendarnos los remedios más adecuados en nuestro caso en particular.
Casanovas Gordó, J. M. (2009). Del síntoma a la enfermedad: astenia. Revista Pediatría de Atención Primaria, 11(17): 425-431.
Sastre, M. (2008). Astenia primaveral. Protocolo de atención al paciente. Farmacia Profesional, 22(3): 9-67.