Con la llegada del verano es completamente normal que los alimentos más apetecibles sean todos aquellos que estén fríos. Y es que si existe uno predominante que está presente en casi todos los hogares, es sin duda el helado. Aunque sea un producto muy consumido en esta época, no quiere decir que sea el más sano.
Los helados, ¿son realmente la mejor opción?
Los helados son uno de los productos más irresistibles, y no es para menos. Su textura, su cremosidad y su sabor refrescante hacen que sea la mejor alternativa después de las comidas. Adultos y pequeños recurren a su consumo para mantenerse hidratados y así poder paliar los síntomas propios del bochorno y la calor.
No obstante, debemos tener presente que su consumo está muy extendido y generalizado, y no debemos olvidar que los helados son productos que no están exentos de presentar inconvenientes. Si miramos detenidamente su composición, veremos que estamos en lo cierto.
¿Quién no ha ido al supermercado y ha caído en la tentación de comprar algunos? Pero por desgracia, la gran mayoría de los helados que se venden suelen ser ultraprocesados. Esto quiere decir que su composición se basa principalmente en azúcares, los cuales pueden resultar muy dañinos para nuestra salud.
Alternativas más saludables
Sin embargo, no todo se reduce al blanco o negro. Por suerte existen otras alternativas igual de ricas, frescas y fáciles de preparar, que harán que podamos seguir disfrutando del verano sin perder esa parte de hidratación y sabor. A continuación vamos a ver las cinco alternativas que, sin lugar a dudas, no te dejarán indiferente.
1. Sorbetes de fruta
Los sorbetes y los granizados son una de las alternativas más consumidas en verano, además de los helados. Aunque algunos de ellos no están exentos de presentar elevados niveles de azúcar, lo cierto es que es posible consumirlos de forma natural.
Así pues, si queremos evitar a toda costa los sorbetes industriales, podemos optar por hacerlos nosotros mismos. Tan solo basta con escoger aquella fruta que más nos apetezca y añadirle algunos condimentos. Si optamos por comprarlos, es importante que nos fijemos en su composición, ya que los más saludables suelen ser los que solo contienen fructosa de la propia fruta.
2. Requesón
Se trata de una opción que deriva de productos lácteos, con la principal diferencia de que el requesón contiene mucha menos grasa que el queso. Su origen, procedente de la fermentación del suero que sobra en la elaboración de quesos, hace que sea otra de las alternativas a los helados. Además, su aporte en proteínas de alto valor biológico también está asegurado.
3. Cuajada
La cuajada es otro de los postres por excelencia más consumidos en la época estival. La gran ventaja que presenta esta alternativa es que su composición deriva del lácteo, con lo cual nos aportará una gran cantidad de proteínas.
Además de aportarnos otros beneficios como la caseína o el calcio, la cuajada resulta ser mucho más digestiva que la leche normal, ya que está congelada. Es una opción verdaderamente saludable, y está igual de fresquita.
4. Pudin frío con semillas
Cada vez es más habitual incluir semillas en nuestros platos. Este complemento, además de presentar enormes beneficios nutricionales, es ideal también para acompañar y darle el toque a cualquier comida.
Pudin de chía, de sésamo negro... y en definitiva, de cualquier tipo de semillas que te gusten. Su aporte en proteínas y ácidos grasos convierte este postre en una de las mejores alternativas.
5. Fruta
Y por último, pero no menos importante, no debemos olvidarnos de la fruta. Esta elección está presente durante todas las épocas del año. Sin embargo, podemos aprovechar el verano para consumir aquella fruta de temporada que en otros meses no haríamos. Así pues, algunas opciones como el melón o la sandía son la mejor alternativa para mantenernos hidratados sin renunciar al placer de sus sabores.