La nutrición va evolucionando cada vez más rápido y la nutrición funcional es el presente. Los alimentos funcionales son considerados un tipo de alimentos saludables que contienen componentes naturales que los convierten en beneficiosos para nuestro organismo.
En el siguiente artículo revisamos qué son y para qué sirven los alimentos funcionales, cuáles son los tipos más comunes y finalmente, en qué consiste la nutrición funcional.
¿Qué son los alimentos funcionales?
El concepto de alimento funcional no está realmente consensuado científicamente. Según la Unión Europea se definen tanto alimentos naturales como procesados industrialmente que se ha demostrado que afectan de forma beneficiosa a una o varias funciones del organismo. Específicamente, contienen un componente -natural o no, nutriente o no- que tiene una actividad fisiológica añadida que está por encima de su valor nutricional.
Según se especifica, pueden llegar a reducir ciertos factores de riesgo que estimulan la aparición de algunas enfermedades.
Este tipo de productos suelen formar parte de nuestra dieta normal, es solo que no siempre somos conscientes de los beneficios que estos tienen para nuestro organismo.
Se recomiendan especialmente para aquellas personas con necesidades nutricionales específicas (niños, mujeres embarazadas, personas con determinadas enfermedades, etc.).
Legislación asociada
La Unión Europea creó hace años la FUFOSE (Functional Food Science in Europe) que es un tipo de organismo que regula la información que se nos ofrece sobre los efectos de este tipo de alimentos.
De esta manera todas las propiedades deben estar científicamente probadas. El etiquetado y la publicidad también es determinada por la UE.
¿Para qué sirven? Propiedades y beneficios
Aunque cada uno de los diferentes tipos de alimentos funcionales tienen unas características específicas y unos beneficios asociados, todos ellos ejercen su actividad en múltiples sistemas, especialmente el gastrointestinal, cardiovascular e inmunológico.
Se comportan como potenciadores del desarrollo y la diferenciación, moduladores del metabolismo de nutrientes, la expresión génica, el estrés oxidativo y la esfera psíquica.
Tipos de alimentos funcionales
Tal y como se ha mencionado antes, los alimentos funcionales pueden ser alimentos naturales o procesados para añadirles o extraerles algún tipo de sustancia. Los tipos de alimentos más comunes y conocidos son los que se muestran en la siguiente lista.
1. Probióticos
Los probióticos son microorganismos vivos como bacterias o levaduras que se encuentran en ciertos alimentos, medicamentos o suplementos dietéticos. Los principales son los que pertenecen a las especies Lactobacillus y Bifidobacterium, aquellos presentes en el yogur u otros productos lácteos fermentados.
Aunque no se conocen los mecanismos mediante los cuales estos alimentos funcionales ejercen acciones beneficiosas sobre nuestro cuerpo se sabe que ejercen cambios sobre nuestro pH intestinal, producen sustancias antimicrobianas y estimulan el sistema inmune, entre otras funciones beneficiosas.
2. Prebióticos
Los prebióticos en cambio son sustancias que el organismo no puede digerir pero que tienen un efecto en nuestro intestino y que producen el crecimiento de ciertas bacterias beneficiosas para nuestro organismo.
La inulina y los fructooligosacáridos son los prebióticos más estudiados. Principalmente se les atribuyen propiedades con relación al estreñimiento, diarreas por infección, osteoporosis, arteriosclerosis, obesidad y diabetes mellitus tipo 2, entre otras patologías.
3. Semióticos
La palabra semiótico hace referencia a la asociación de un probiótico con un prebiótico como por ejemplo un producto lácteo rico en fibra fermentado por bifidobacterias.
No obstante y a diferencia de los anteriores tipos de alimentos, no existen estudios significativos con relación a este tipo de alimento funcional.
4. Alimentos enriquecidos con fibra
La fibra dietética hace referencia a aquellas sustancias de origen vegetal que no son digeridas por enzimas humanas. Naturalmente se encuentra en legumbres, frutas, cereales y verduras.
Asimismo se les atribuye efectos positivos sobre el tránsito intestinal, la reducción del riesgo a desarrollar enfermedades coronarias y la disminución del colesterol en sangre, entre otros.
De forma industrial, muchos productos pueden venir enriquecidos con fibra dietética tales como panes, bebidas, fiambres o embutidos.
5. Ácidos grasos omega 3 y 6
Están presentes en los aceites de pescado azul y se les atribuyen acciones antiinflamatorias, antirimogénicos y protectores cardiovasculares.
Asimismo los ácidos grasos omega 6 procedentes de las semillas también estimulan el sistema inmune y son vasoconstrictores.
6. Compuestos fenólicos
Los compuestos fenólicos están presentes principalmente en las frutas, verduras y hortalizas que también aportan otro tipo de sustancias funcionales como vitaminas, provitaminas, minerales y sustancias con acciones antioxidantes, antiinflamatorias y antimicrobianas.
7. Fitoestrógenos y legumbres
Los fitoestrógenos son moléculas de origen vegetal que se les atribuyen acciones beneficiosas en el tejido óseo, en las mamas y la próstata, así como efectos positivos en el sistema cardiovascular.
La fuente natural más rica en estos compuestos son las legumbres, especialmente la soja, que además son alimentos con un contenido graso bajo, son una buena fuente de proteínas, fibra y micronutrientes.
Nutrición funcional: ¿es efectiva?
La nutrición funcional es aquel tipo de alimentación que, mediante el consumo de los alimentos funcionales, procura que se mejoren ciertos aspectos saludables de nuestra alimentación.
Según los estudios científicos presentados hasta el momento, la evidencia científica es escasa y los alimentos funcionales que han mostrado mejores resultados son muy pocos.
De entre ellos se encuentran los probióticos, los ácidos grasos monoinsaturados -sobre todo el aceite de oliva virgen-, los alimentos con fibra y los productos con altas cantidades de ácidos grasos poliinsaturados de tipo omega 3.
Asimismo los semióticos y los prebióticos son alimentos funcionales que también se les asocian propiedades positivas pero aún en estudio.
Es importante remarcar el hecho de que el consumo de este tipo de alimentos no debe de ser exagerado. La dieta mediterránea normal en sí nos ofrece de forma natural muchos tipos de estos alimentos. De entre ellos, las frutas las verduras, el aceite de oliva o los lácteos fermentados.