A continuación vamos a explicar qué lleva a un alimento a actuar como una droga y cuáles son aquellas sustancias con potencial adictivo que pueden generar dependencia en los individuos que los consumen.
¿Qué está considerado como una droga?
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) una droga es toda sustancia que se introduce en el organismo ya sea por vía oral, respiratoria o intravenosa y que produce una alteración del sistema nervioso central de la persona que la ingiere.
Una característica central de las drogas es que la persona que las consume puede desarrollar una dependencia a esta sustancia tanto a nivel orgánico como psicológico.
Partiendo de esta base adictiva, hemos decidido elaborar un listado con los alimentos que consumimos en el día a día y que tienen un alto potencial adictivo que recuerda al de las sustancias a las que habitualmente nos referimos al usar el término “droga”.
Existen alimentos que actúan como drogas
Pese a que no sean considerados como drogas ‘per se’, los alimentos de los que hablaremos a continuación contienen en cierta medida algún tipo de sustancia que genera adicción entre quienes la consumen.
¿Nunca os habéis preguntado por qué motivo cuando abrís una bolsa de patatas no podéis parar de comer hasta que se acaba la bolsa?
En ocasiones sentimos la necesidad casi obsesiva de comer un pastelito o un trozo de chocolate, produciendo una sensación similar a la del “craving” (el deseo intenso de consumir drogas).
Esto es debido a sustancias como la casomorfina, la encefalina o los azúcares refinados que, en mayor o menor grado, tienen un potente componente adictivo.
12 alimentos que contienen sustancias adictivas
A continuación vamos a comentar cuáles son los alimentos que contienen sustancias adictivas y que pueden llegar a “enganchar” a las personas que los consumen, o al menos generar la necesidad de consumir más o la incapacidad de dejar de comerlos.
Son alimentos que introducimos en la alimentación de nuestro día a día y que, en cierto modo, no son tóxicos, pero sí pueden llegar a tener el mismo efecto en el sistema nervioso central que el que se da cuando se consume una droga.
1. El queso
El queso, uno de los alimentos imprescindibles tanto en la dieta mediterránea como en muchas otros estilos de alimentación, contiene casomorfina.
La casomorfina es una sustancia que también se encuentra en la leche materna y que, del mismo modo que las endorfinas, genera una sensación de bienestar en el individuo. Esta sustancia es una especie de “prima hermana” de la morfina; no obstante, su potencial adictivo es mucho menor.
2. El chocolate
El tan delicioso sabor y aroma del chocolate esconde una sustancia que puede ser la clave del éxito de este alimento. El consumo de chocolate hace que el cerebro libere encefalina, sustancia que, del mismo modo que la casomorfina, produce una sensación de placer y bienestar casi inmediata.
3. Los pasteles
Ese ansiado alimento que toda persona que está a dieta desea comer y que produce sensaciones similares a las que se pueden sentir cuando estás eufórico combinan sustancias que resultan “engañosas” para nuestro cerebro.
Los dulces, repletos de almidón, azúcares refinados y grasas, generan cierta adicción en el organismo, ya que éste se vuelve dependiente de algunos de sus componentes, como el azúcar.
4. Los cereales azucarados
Los cereales azucarados son otro de los alimentos que pueden generar antojos entre las personas que necesitan un poco de “alegría fugaz”.
Y es que esta sensación de bienestar y placer debida a la repercusión del azúcar en el organismo solo dura unos momentos, después necesitaremos más y más para saciarnos de dulce.
5. Los refrescos
Los refrescos azucarados son nefastos para la salud y no solo por su nulo valor nutricional sino también por las cantidades inhumanas de azúcar que se consumen en cada sorbo de este brebaje.
¿Quién no conoce a alguien adicto a la Coca-Cola? Y la causa no es ningún componente mágico y secreto de la marca sino del efecto adictivo que ejerce el azúcar en el cuerpo.
7. El bacon
Ese intenso y sabroso olor que emana el bacón cuando lo estamos cocinando no es debido a que esa parte del cerdo tenga un sabor más intenso; más bien se debe a la química.
El nitrito de sodio es la sustancia responsable de la atracción que genera el olor del bacon entre las personas y los animales. Desde las industrias alimentarias se excusan aludiendo a la capacidad conservante del nitrito, pero quizás el hecho de que se use tenga otra explicación...
8. El café
El café es uno de los alimentos que más cafeína contienen y, como es bien sabido, esta sustancia estimulante puede llega a ser adictiva.
Cuando consumimos grandes cantidades de café nuestro cerebro deja de producir norepinefrina, una sustancia natural con efectos estimulantes, por lo que necesita de otras fuentes para conseguir un efecto similar.
9. El Red Bull y otras bebidas estimulantes
El tan popular como criticado Red Bull contiene un sinfín de sustancias negativas para el organismo. Sus elevados niveles de azúcar, cafeína y taurina convierten a esta bebida estimulante en una bomba para nuestro cuerpo.
Abusar de su consumo puede generar taquicardia, diabetes, obesidad y otras muchas patologías indeseables.
10. Las galletas y los snacks
Las galletas, las tostadas, los palitos con sabor a queso y un sinfín más de sabrosos snacks contienen acrilamida, además de cantidades desmedidas de grasas.
La acrilamida es una sustancia que aparece cuando un alimento es cocinado a más de 120ºC y hace que, además de adoptar un color tostado muy atractivo, el alimento emane un olor que lo convierte en irresistible.
11. El helado
Se ha visto que el helado puede ser un alimento con potencial adictivo debido a su buen sabor y a la agradable textura que tiene, pero también a la gran cantidad de azúcares refinados y conservantes que se le añaden para que se mantenga apto para el consumo durante más tiempo.
12. Las palomitas de mantequilla
Las palomitas de mantequilla tienen un fuerte olor que llama la atención de todos los que se encuentran cerca de ellas. Probarlas es caer en la trampa de no poder parar hasta el recipiente esté vacío.
Esto es debido a que contienen diacetilo, una sustancia química con un sabor similar a la mantequilla que tiene cierto potencial adictivo y que puede tener efectos tóxicos sobre el organismo.