La duda acerca de qué alimentos se pueden congelar y cuáles no es una cuestión que la mayoría de personas nos hemos planteado en algún momento. En ocasiones compramos demasiados alimentos perecederos y se acaban estropeando en la nevera sin que sepamos que teníamos la posibilidad de haberlos congelado antes de que dejaran de ser comestibles.
Es por ello que hemos decidido plasmar en este artículo en qué consiste el proceso de congelación, de qué depende que un alimento se pueda congelar o no, y cuáles son los alimentos que todos tenemos en la nevera y que se pueden congelar sin que ello comporte problemas ni riesgos.
El proceso de congelación de la comida
Congelar alimentos es un proceso de conservación que existe desde hace miles de años. Mientras que antes se hacía con la ayuda de bloques de hielo, en la actualidad existen cámaras de frío, arcones y congeladores domésticos que permiten preservar los nutrientes y las propiedades de los alimentos sin que estos perezcan gracias la incapacidad que tienen los microorganismos para reproducirse en entornos con bajas temperaturas.
La temperatura óptima para la congelación segura de alimentos es de -18 ºC. En esta temperatura se asegura que el alimento no “envejecerá”, ya que en este contexto tan frío los posibles patógenos que descomponen la materia quedan en un estado de latencia, lo cual permite la conservación casi total de las cualidades del alimento.
Por lo tanto es importante que nuestro congelador sea de calidad y adquiera esas bajas temperaturas para asegurar una correcta conservación evitando posibles intoxicaciones o caducidades indeseadas. El modo en que se congelan los alimentos también tiene mucho que ver con la calidad de su conservación.
¿Qué determina que un alimento se pueda congelar y otro no?
El tipo de textura, si un alimento está ya cocinado o fresco, las características de su estructura biológica y la forma en que se descongela son factores que contribuyen en la determinación de si un alimento es indicado para ser congelado o no.
Por otra parte, es importante recordar que los alimentos que ya han sido descongelados no se pueden volver a congelar, ya que perderían gran parte de sus propiedades.
De este modo, salsas como la mayonesa o el alioli no son adecuadas la congelación, ya que su consistencia se debe a un cambio químico en sus partículas, generando una emulsión, de modo que si se congelan esta textura esponjosa y cremosa se pierde, por lo que el resultado sería algo parecido a un líquido bifásico.
9 alimentos que se pueden congelar sin problema
Existe una gran variedad de alimentos que pueden ser congelados sin que lo sepamos, por falta de información o de costumbre. De este modo, ingredientes que habitualmente consideramos “frescos” y que pensamos que no pueden ser congelados sí pueden serlo, tales como los huevos, las verduras o la leche.
La información de este apartado te será muy útil para ahorrar dinero evitando que la comida se estropee y, como consecuencia, tengamos que tirarla.
1. Los huevos
Pese a la creencia popular, los huevos son un alimentosusceptible de ser congelado, pero no con su cáscara, sino que es necesario seguir un determinado procedimiento previo.
Para congelar los huevos es necesario cascarlos en un recipiente apto para el congelador y batirlos de modo que queden únicamente la yema y la clara. En ocasiones es recomendable congelar la yema y la clara por separado, pero esto no es estrictamente necesario.
2. El chocolate
El chocolate es otro de esos alimentos que se pueden congelar sin que la mayoría de personas sea consciente de ello.
Para proceder a su congelación es necesario dejarlo enfriar unas horas en la nevera, ya que meterlo directamente en el congelador puede ser negativo para el mantenimiento de su textura y su sabor.
3. La leche
También podemos congelar la leche, en especial la que no contiene un alto porcentaje en grasa. Lo que sucede es que cuando congelamos la leche su aspecto adquiere una textura un tanto extraño; esto se debe a que la grasa se separa del suero.
No obstante, esto no significa que la leche no sea apta para el consumo, ya que una vez descongelada sus componentes vuelven a juntarse y el alimento recupera su consistencia original.
4. La carne y el pescado
Como bien sabemos, la carne y el pescado pueden congelarse sin problema siempre que no hayan sido congelados previamente.
Así, tanto la carne como el pescado fresco son susceptibles de ser congelados pero, una vez decidamos consumirlos, no podremos volver a congelar lo que sobre y deberemos guardarlo en la nevera durante un máximo de tres días.
5. Las verduras que no se quiera comer crudas
En muchos hogares existe el hábito de cortar a trocitos las verduras que se utilizan en el sofrito de decenas de recetas. Lo que se hace es que se compran pimiento, berenjena, cebolla o calabacín frescos y se trocean del mismo modo que lo haríamos para cocinar.
La diferencia es que estas verduras se guardan en bolsas de congelación y se utilizan de modo racionado en aquellas recetas en las que sea necesario. Así siempre tendremos a nuestra disposición esas verduras básicas.
6. El pan
El pan es un alimento que un gran número de personas congela, ya que el tiempo que aguanta conservando sus propiedades a temperatura ambiente es más bien escaso.
Por ello, y al ser un alimento tan consumido en Occidente, la mayoría de nosotros lo congelamos, incluso en forma de bocadillos ya elaborados. La congelación del pan no requiere de ningún tipo de procedimiento previo.
7. La harina
Es probable que no tuvieras presente que un ingrediente tan básico como la harina pudiera congelarse -¿y a quién no se le ha estropeado alguna vez por pensar que no había un modo mejor de conservarla que en un lugar seco y oscuro?
Pues bien, resulta que sí lo hay: si nos ha sobrado harina y queremos prevenir que se ponga mala, podemos guardarla en un recipiente apto para el congelador y listos.
8. La mantequilla
La mantequilla, pese a ser una grasa, puede ser congelada sin problema. En ocasiones las tarrinas de mantequilla son gigantes y este alimento en la nevera periodos de tiempo muy largos.
Con el fin de evitar que se ponga mala o que pierda propiedades, congelarla es una opción más que adecuada.
9. La pasta y el arroz
Tanto la pasta como el arroz pueden congelarse, pero no en crudo: su congelación se debe hacer una vez hayan sido cocinados.
El único problema es que en ocasiones la textura no es exactamente la misma que cuando han sido recién cocidos, lo que puede restar atractivo al plato; no obstante, el sabor y las propiedades nutricionales se mantienen intactos.