A lo largo de miles de años, las personas han utilizado el aceite de ricino como un remedio natural para una gran variedad de problemas de salud, así como hidratante natural para la piel y el cabello, lo que ha convertido a este producto en un conocido aceite multiusos.
Ahora bien, ¿cuántas de estas propiedades y beneficios de este asequible aceite han sido validadas por la ciencia? A lo largo de este artículo descubriremos qué es el aceite de ricino, para qué sirve y sus posibles efectos secundarios perjudiciales para la salud.
¿Qué es el aceite de ricino?
El aceite de ricino es un aceite vegetal que se obtiene presionando las semillas de la planta de ricino. Aunque estas semillas contienen una enzima tóxica, el proceso de calentamiento que experimenta el aceite durante su procesamiento permite que el aceite pueda ser utilizado con seguridad.
En el ámbito doméstico, ha sido popularmente usado para tratar una gran variedad de afecciones médicas, sobre todo problemas digestivos. Cuando llega al intestino delgado, este aceite vegetal se descompone ácido ricinoleico, este compuesto con propiedades laxantes acelera y facilita el proceso de digestión.
Además, aunque la evidencia de esto es menos concluyente, los estudios sugieren que también ejerce un importante papel en el cuidado de la piel y del cabello, sobre todo en lo que se refiere a hidratación y reparación.
No obstante, debido a sus usos industriales, este aceite todavía suscita algunas sospechas entre sus consumidores. El motivo es que tanto el aceite de ricino como sus derivados son comúnmente utilizados para la fabricación de jabones, lubricantes, pinturas y tintes, productos farmacéuticos, conservantes y perfumes.
¿Para qué sirve? Propiedades y beneficios
Tal y como mencionábamos al inicio del artículo, no todos los usos y beneficios del aceite de ricino gozan de evidencias científicas que los respalden, por lo que a continuación presentamos toda una variedad de propiedades saludables y positivas de este aceite tan polivalente.
1. Ayuda en el cuidado del cabello
Durante siglos, el aceite de ricino ha sido utilizado como acondicionador natural para el pelo. Los cabellos secos o dañados pueden beneficiarse de sus propiedades nutritivas. La aplicación de determinados aceites y grasas en medios y puntas del cabello puede ayudar aumentar la flexibilidad del pelo y disminuir las posibilidades de rotura.
2. Tiene propiedades hidratantes naturales
Ete producto ses rico en ácido ricinoleico, un ácido graso monoinsaturado. Estos tipos de grasas tienen propiedades humectantes que pueden ser beneficiosas para la hidratación de las pieles muy secas.
Los humectantes retienen la humedad de la piel al evitar la pérdida de agua a través de la capa externa de esta.
Es muy habitual encontrar al aceite de ricino como uno de los componentes principales de cosméticos hidratantes. Además, por sí solo, también puede ser utilizado como una alternativa natural a las lociones y cremas hidratantes que se comercializan en el mercado.
Gracias a su consistencia espesa, podemos mezclarlo con otros aceites hidratantes, como el aceite de almendra, de oliva o el aceite de coco, para elaborar una crema casera, natural y ultrahidratante.
No obstante, aunque aplicar este aceite en la piel se considera seguro para la mayoría de las personas, en otras puede causar una reacción alérgica, por lo que es recomendable utilizarlo con precaución si no tenemos clara nuestra tolerancia hacia este.
3. Es un potente laxante
Tal vez la utilización del aceite de ricino como un potente laxante natural es uno de sus usos medicinales más conocidos.
Este aceite vegetal ha sido clasificado como un laxante estimulante. Esto significa que aumenta el movimiento de los músculos que empujan el material fecal a través de los intestinos, ayudando a despejar estos órganos.
Los laxantes estimulantes actúan de forma muy rápida y son popularmente utilizados para aliviar el estreñimiento temporal.
Al ser ingerido por vía oral, se descompone cuando llega al intestino delgado, liberando ácido ricinoleico. Este ácido es absorbido por este órgano, estimulando un potente efecto laxante.
Sin embargo, es necesario especificar que el aceite de ricino es considerado seguro en pequeñas dosis, en cantidades más grandes puede causar cólicos abdominales, náuseas, vómitos y diarrea.
4. Propiedades antiinflamatorias
El ácido ricinoleico que se encuentra en el aceite de ricino se caracteriza por sus eficaces propiedades antiinflamatorias.
Los estudios en modelos animales sugieren que, aplicado tópicamente, puede reducir la inflamación y aliviar el dolor. Gracias a sus propiedades antiinflamatorias, este aceite graso podría ser particularmente útil para el tratamiento sintomático de algunas enfermedades inflamatorias como la artritis reumatoide o la psoriasis.
Aunque estos resultados son prometedores, se necesitan estudios en humanos para determinar con mayor exactitud los efectos beneficiosos de este producto en el tratamiento de las enfermedades inflamatorias.
5. Promueve la cicatrización
La aplicación de aceite de ricino en una herida crea un ambiente húmedo que promueve la curación y evita que las úlceras se resequen. Además estimula el crecimiento del tejido para que se forme una barrera entre la herida y el medio ambiente, disminuyendo así el riesgo de infección.
6. Combate los hongos
Además de todos los beneficios anteriores, este aceite tiene propiedades antifúngicas que pueden ayudar a combatir ciertos hongos, como las Cándidas cuando estas afectan a las encías provocando un sobrecrecimiento de la placa dental.
Precauciones y efectos secundarios
Aunque el aceite de ricino tiene una amplia variedad de prometedoras aplicaciones, es importante tener en cuenta que estas hacen referencia a usos muy específicos y particulares.
Esto significa que si no es utilizado de la debida manera puede provocar algunos efectos secundarios, como erupciones en la piel, hinchazón y picores.
Además, si bien es una forma efectiva de aliviar el estreñimiento, puede causar diarrea si se consume en dosis más altas de las recomendadas.
Finalmente, el aceite de ricino ha sido popularmente conocido por sus efectos a la hora de inducir el parto, por lo que las mujeres embarazadas deben evitar consumirlo, independientemente de la etapa del embarazo en la que se encuentren.
Referencias bibliográficas
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