Con la llegada del verano, uno de los pensamientos que se empiezan a imponer es la voluntad de adelgazar. No obstante, bajar de peso requiere sacrificios y también cierta disciplina.
De nada sirve llevar a rajatabla una dieta y saltársela todos los fines de semana. Los atracones de comida rápida, refrescos y alcohol no son bienvenidos a la hora de alcanzar tu objetivo.
Sin embargo, no es lo único que te impide deshacerte de esos kilos de más. Existen otras causas, a las que apenas se les da importancia, que tienen mucho que ver con lo que puedes conseguir.
Causas que te impiden adelgazar
Ahora, te vamos a mostrar algunos errores que estás cometiendo y que quizá nunca has pensado que se podrían interponer en tu camino.
1. Comer grasas en exceso (tampoco saludables)
Las grasas han sido demonizadas durante mucho tiempo. Sobre todo, si el objetivo último es adelgazar. Sin embargo, las saludables son imprescindibles para que el organismo funcione mejor, y ayudan a controlar el mecanismo que regula el peso.
Por otro lado, cuentan con un efecto saciante, por lo que eliminarlas de la dieta se puede traducir en una mayor cantidad de glúcidos. Es decir, tener picos de azúcar en sangre que aumentan la sensación de tener hambre.
Algunos alimentos ricos en grasas saludables que debes incluir en tu dienta son el aceite de oliva, el aguacate o los frutos secos. Eso sí, siempre de forma moderada.
2. El descanso insuficiente
No hay forma de perder peso si no duermes lo suficiente. Lo mismo sucede cuando lo haces demasiado. Muchos han sido los estudios encargados de demostrar la estrecha relación que existe entre adelgazar y el descanso.
Cuando existe falta de sueño, esta interfiere en las hormonas que controlan el peso. Esto se puede traducir en que podamos acumular hasta 2,5 veces más de grasa abdominal.
Para que te hagas una idea, debes dormir entre 7 y 9 horas diarias para preservar tu salud.
3. Consumir refrescos y zumos en exceso
Tomar demasiados refrescos, incluso si son cero azúcares, aumentará el riesgo de padecer afecciones como obesidad o sobrepeso. Lo mismo sucede con los zumos. En el caso de elegir esta opción por delante de las frutas enteras, el riesgo de diabetes asciende un 8%.
4. No beber lo suficiente antes de las comidas
El agua se puede convertir en tu mejor compañera a la hora de adelgazar como es debido. Una de las mejores formas de incorporarla a tus hábitos es antes de las comidas. De acuerdo con un estudio de la Universidad de Utah, los que beben dos vasos de agua unos 20 minutos antes de la comida pierden hasta un 30% más de peso.
5. Beber en exceso durante la comida
Muchos más interesante es beber antes de la comida que durante la misma. Cuando hacemos esto, será mucho más probable que aparezcan problemas como la pesadez y la hinchazón.
Estos dos aspectos están relacionados con el aspecto de nuestro cuerpo, pues contribuyen a que se incremente el volumen del abdomen. Si deseas evitarlo, cambia el agua fría por bebidas tibias, como agua con limón o infusiones.
6. Demonizar alimentos
Ninguna dieta es fácil de llevar si en ella se prohíbe una gran cantidad de alimentos. Para adelgazar de forma saludable, lo ideal es comer de todo. Cuando te prohíbes comer algo, no harás más que aumentar las ganas de consumirlo, algo que va ligado a la ansiedad.
7. Ignorar el etiquetado de los productos
En la actualidad, uno de los peligros a los que nos enfrentamos es al de dejarnos guiar por reclamos como el de que un producto es “bio”, “natural” o “light”. Para comprobarlo, dale la vuelta y mira su etiqueta.
Cuando más pequeña sea la lista de ingredientes, más natural será el producto. Como norma, lo ideal es huir de los alimentos ultraprocesados.
8. Relacionar comida y emociones
Es un error mucho más común de lo que piensas. Aquellas personas que comen después de haber sufrido una situación de estrés cuentan con un riesgo tres veces mayor de tener obesidad o sobrepeso.
Para evitarlo, es recomendable salir a dar un paseo, beber mucha agua o apostar por la relajación. Como ves, son muchos los errores que podemos estar llevando a cabo y que no nos permiten adelgazar, aunque sigamos una dieta estricta. Intentar evitarlos será clave para alcanzar tu objetivo.