El calendario señala que hoy, sábado 20 de junio, comienza el verano. Y, además, según un equipo de psicólogos y meteorólogos también es el día más feliz del año, conocido como Yellow Day. Esto es debido a un cóctel de circunstancias, que según estos expertos, levantan el ánimo a la mayoría.
En este día tan especial confluyen diversos factores, resultado de una fórmula en la que se tienen en cuenta la cantidad de horas de sol, que influyen positivamente en nuestro estado de ánimo, el incremento de las temperaturas, la cercanía de los planes de vacaciones, y, para los más afortunados, de la paga extra.
Pero, después de la pandemia, la fórmula de la felicidad no funciona
“Sin embargo, tras una pandemia mundial como la provocada por la Covid-19, esta fórmula ya no funciona”, ha explicado para La Vanguardia, Sol Sánchez, profesora de mindfulness, coach y fundadora de Conscienthia, quien afirma: “La sociedad ha comenzado a valorar otras cosas. Los cambios sociales que ha impuesto el virus han obligado a la sociedad a parar y a revisar toda su escala de valores. Preguntarnos qué es lo realmente importante en nuestras vidas, qué es lo que verdaderamente nos hace felices”.
Gran parte de la población sigue gestionando los efectos y consecuencias del confinamiento, esto hace que también se paren a reexaminar su idea acerca de la felicidad, sus creencias y prioridades. Durante estos meses, muchas personas se han dado cuenta de que parte de su vida estaba enfocada a buscar la felicidad en la parte material y ahora quieren hacer un reset.
5 claves para que nuestra alegría sea más duradera
Para poder conseguir este cambio en nuestra vida y poder conseguir una felicidad más duradera existen varias claves que Sol Sánchez nos ayuda a entender:
1. Aprender a vivir el presente
El primer paso es aprender a vivir el momento presente, aceptando la realidad tal y como es y dejando a un lado las expectativas de cómo nos gustaría o no que fuesen las cosas. Las expectativas o pensamientos acerca de acontecimientos pasados y futuros son una de las principales fuentes de ansiedad y malestar de nuestra sociedad.
El pasado ya no existe; el futuro es desconocido. Dejemos las ansiedades respecto a lo que vendrá a un lado, pues estas solo existen en nuestra mente. ¿Cómo hacerlo? Actuando en el presente. Si la preocupación acecha, los estoicos aconsejaban preguntarse: ¿qué puedo hacer aquí y ahora para tener pensamientos saludables acerca de esta circunstancia y emprender acciones útiles?
2. Reconocer y aceptar las emociones
En segundo lugar, es importante identificar y aceptar nuestras emociones, evitando así que estas se conviertan en una fuente adicional de estrés. Intentar evitar una emoción no hace más que avivarla e intensificarla, agravando así las posibles consecuencias de emociones más desagradables e intensas.
3. Compartir y relacionarse
Somos seres sociales y, como tales, necesitamos del contacto y la relación con otras personas. Cuidar de nuestras relaciones más cercanas, como familia y amigos, pues ellas son un gran soporte en nuestras vidas. Esto nos ayuda a crear estabilidad en medio de la incertidumbre, y eso contribuye al bienestar y la felicidad.
4. Poner conciencia en lo que hacemos
Darnos cuenta de los momentos en los que estamos cultivando una actitud materialista y abogar por el consumo consciente y responsable.
5. Mantener una actitud positiva ante las adversidades
Como asegura Sánchez, “la felicidad no nos libera de vivir momentos difíciles, pero sí nos permite reciclar estas experiencias y utilizarlas en beneficio propio, favoreciendo el crecimiento personal y desarrollo de recursos para hacer frente a situaciones futuras”.
Para Sánchez, los inconvenientes y las dificultades vitales siempre han existido, y van a seguir apareciendo en nuestras vidas. La vía hacia la eudaimonia consiste en “olvidarse del mito de que la felicidad reside en el punto o en un estado final y vivir en el presente, pues en verdad es el único del que disponemos para vivir”.
Hay que aprender a vivir y disfrutar del presente, dejando a un lado el pasado y el futuro. Por ejemplo, cuando un amigo nos visita podemos alegrarnos de verle y disfrutar de ese tiempo compartido. De esta manera, nuestro amigo se va podemos sentir agradecimiento por lo que acabamos de vivir y poner nuestro aprecio en otras cosas.
Seguir estas cinco combinaciones y ejercitarlas al menos un par de veces al día nos ayuda a empezar a trabajar ese otro tipo de felicidad que nos llena de verdad y no se acaba. La finalidad es ser felices todos los días del año y no solo el 20 de junio de cada año.